(1) Este 2015 se cumplen 10 años de mi estancia en la Universitat Autònoma de Barcelona, en la que cursé un año con las becas Sicue y Séneca. Durante aquel cuarto curso de la Licenciatura, cursé la asignatura Comunicación y Opinión Pública, con el profesor y asesor político, Enric Casas. Recuerdo haber leído en prensa algún artículo de George Lakoff sobre las metáforas –me interesaron más sus primeros trabajos que el framing que le hizo más famoso–, y como trabajo de final de curso, propuse al profesor analizar los discursos de los conservadores italianos y norteamericanos tomando aquellas tesis como marco teórico.

Curiosamente, el profesor me reconoció que no había leído a Lakoff, y que al preguntarle a un compañero suyo, le habían dicho que era «un cantamañanas»; en un principio aquel feedback me desanimó a seguir con el trabajo y empecé a buscar otros temas, pero al analizar todo el material que ya había recogido, pensé que merecía la pena probar.

El resultado, sin modificación alguna, pueden consultarlo en el siguiente enlace, con sus aciertos y sus numerosas carencias.

(2) He recordado aquel trabajo y las conclusiones que planteaba hace diez años, después de seguir las crónicas de varios medios respecto del congreso del Partido Popular Europeo, celebrado en Madrid durante estos días. Líderes y jefes de gobierno como Angela Merkel, Nicolas Sarkozy o el propio Silvio Berlusconi, han asistido para arropar a su compañero de filas, Mariano Rajoy, a menos de dos meses de las elecciones generales. También 4.500 participantes y más de 2.000 delegados, como una familia muy grande.

Lakoff y Johnson - Metáforas

Desde el punto de vista del marketing político, lo primero que me ha llamado la atención han sido los eslóganes y la imagen vendida, esto es, la parte más epidérmica de un evento diseñado a modo de feria internacional del producto neoconservador. «Together | Unidos», rezaba un cartel en el atril de los ponentes. #WeAreFamily era el hashtag elegido para comunicarle al mundo uno de los valores más importantes de la derecha, que curiosamente fue un himno gay –algo que choca con los valores conservadores–, y que hace diez años vertebraba los discursos de Bush y Berlusconi. Nada nuevo bajo el sol.

(3) Hoy, mientras veía esas piezas en televisión, he pensado en aquellos estudiantes que acaban de estrenar curso, que deberán elegir un tema a analizar en sus clases de Comunicación Política, y he imaginado lo interesante que sería un estudio de esos discursos hoy, sobre todo tras el estallido de la crisis, y en perspectiva ante el surgimiento de nuevas fuerzas en el espectro de la derecha democrática. De ser yo uno de ellos, creo que plantearía la hipótesis de si estos nuevos partidos conectan más con el electorado, por el uso que hacen de los valores, principios y propuestas, que contrastan con los tradicionales de la familia, la unión o el miedo al cambio.

Diez años después, estoy más convencido que entonces de que acerté al escoger aquella asignatura, de elegir aquel tema en mi trabajo y que, como escribió Luis Bassat, hay ideas que mueven montañas.

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1 comentario

Perspectiva y estrategias de más de una etapa | Eli Gallardo · 19/08/2016 a las 2:15 pm

[…] el tiempo es algo relativo, y la perspectiva es algo esencial para nuestra vida diaria, a veces nos sorprendemos ante comportamientos […]

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