Este es un post publicado sin ningún tipo de preferencia, animadversión, ni intento de aportar cualesquiera opinión personal. Es por ello que he intentado enfocar punto por punto, desde la ciencia política.

Empezaré este post con 3 hipótesis acerca del próximo congreso regional del PP balear. A juzgar por los impactos recibidos desde la prensa, parece cobrar fuerza la primera, y trataré de explicar a continuación por qué.

1. Gabriel Company vencerá a José Ramón Bauzá con al menos un 70%, y éste encabezará una corriente interna en el partido, de tipo más radical, al estilo del Tea Party del GOP, que será residual pero contará con una cierta atención mediática.

2. Gabriel Company vencerá a José Ramón Bauzá por una diferencia menor, y tendrá que integrar en la Ejecutiva a una parte de los bauzaristas.

3. José Ramón Bauzá vence por menos del 20% a Gabriel Company, tras haber integrado a Aguiló y a Bauçà.

Por supuesto, existen incontables posibilidades y combinaciones de cara al interesantísimo congreso del PP balear del próximo mes de marzo. Y vistas ciertas declaraciones públicas de partidarios de uno y otro, cabe la posibilidad de que se entre en una guerra sucia, aunque dudo que llegue a ocurrir, pues las posiciones son tan delicadas que un paso en falso sería fatal.

Uno de esos pasos en falso, desde el punto de vista de la estrategia política, ha sido la absorción de Aina Aguiló y su candidatura por parte de José Ramón Bauzá, al menos a estas alturas tan tempranas de la carrera; es diferente sumar al principio a un candidato, que dar la imagen de «caballo ganador» a una semana del congreso, integrando a dos candidaturas. Quien fuese diputada, portavoz de Educación y ferviente defensora de las políticas neoliberales anticatalanistas de Bauzá, fue expulsada por cinco años de la formación que pretendía presidir, se destapó el uso de perfiles falsos en redes sociales para criticar a los suyos, tuvo un duro enfrentamiento con el exsecretario general, Andreu Ferrer y, sobre todo, fue evidente su papel de activador de unas bases gonellas y partidarias del bauzarismo de la legislatura 2011-2015 (era la cara visible del PP en manifestaciones de grupos como la Fundació Jaume Tercer). Cabe preguntarse si han sido más los apoyos que ha sumado al absorber a Aguiló, de los que habrá perdido entre sus partidarios justo por esto mismo, cuando podía haberse diluido si hubiera absorbido a la vez la candidatura de Bauçà-Martínez.

Bauzá y Aguiló comparten un grueso de apoyos, pero entre los bauzaristas puede que haya quien no ve bien converger con la exdiputada más controvertida del PP.

Bauzá y Aguiló comparten un grueso de apoyos, pero entre los bauzaristas puede que haya quien no ve bien converger con la exdiputada más controvertida del PP. El tamaño del círculo blanco, determinará si la absorción fue o no un acierto

 

Dos liderazgos para dos modelos de partido

Existe un liderazgo formal y uno material. En los congresos ‘a la búlgara’, el único candidato suele tener el liderazgo material y cualquier intento de suplantarle sería inútil. Sin embargo, Bauzá llegó con un liderazgo únicamente formal, tras la dimisión de Estarás, que lo nombró a dedo pese a que meses después, el propio presidente del PP quiso celebrar un congreso para refrendarse e imbuirse de liderazgo material. En aquel momento, venció siendo moderado ante un Delgado que perdía por segunda vez y por un porcentaje aún más acusado. El electorado balear, y concretamente el del PP, es un electorado moderado. Y en el próximo congreso, el duro es Bauzá y el moderado es Company. Hagamos un poco de memoria.

El 1 de enero de 2012, Diario de Mallorca titulaba «El PP ‘de toda la vida’ ya no existe. Lo reconocen los propios militantes. Bauzá lo está moldeando a la imagen y semejanza de su propio pensamiento político». Ya en campaña, un peso pesado como el expresident Gabriel Cañellas —culpable de cohecho, pero salvado de la cárcel por prescripción del delito— afirmaba en 2015 que el PP había perdido sus esencias, y amonestó públicamente al sucesor de Matas por haber obtenido el peor resultado de la historia del PP balear. Su ataque al catalán, la provocación mediática al acusar a profesores de adoctrinar y a padres de ser manipulados —les recomiendo el artículo de Alberto Magro, «Bauzá convierte a los padres en huelguistas» (septiembre de 2013)— y la pérdida masiva de votos, se añaden al propio Cost of Ruling, que sufren todos los gobernantes. Y los tópicos como el que reza «Nunca segundas partes fueron buenas», se suma a la ecuación.

Company representa un modelo más americano de político. Se afilió en 2012 para ser Conseller y aportar un toque de regionalismo (al mismo tiempo fue nombrado Miquel Vidal como secretario general), en un intento de limpieza de imagen del president. En poco tiempo, la popularidad de las encuestas lo situaban como el único que aprobaba en el Ejecutivo, por delante del propio Bauzá, que en agosto de 2014 afirmó desconocer las prospecciones que destapó Diario de Mallorca, pese a la existencia de informes de Medio Ambiente y que algunos analistas consideraron una jugada del president para minar el liderazgo creciente de Company.

Nótese que no he hecho referencia a las diferencias en torno a cualidades personales, al idioma vehicular de cada uno de los candidatos o la performance de campaña, que bien merece un apunte. Es significativo que Bauzá suela utilizar la estampa de la Seu (la rueda de prensa del anuncio de su candidatura fue allí, porque encontró la sede del PP cerrada), en cuyo altar hay instalada una obra de Miquel Barceló, artista felanitxer que donó obras para ser subastadas y pagar las multas de los 12 encausados por zarandear en 2012 a Salom, Soler y, casualmente, Company quien, por su parte, siempre esgrime la fuerza de los apoyos de pesos pesados del partido y también de gente joven.

Matriz de utilidades a un mes del congreso

Me abstengo de comentar el enfoque de campaña de ningún candidato, primero porque podrían ser clientes míos, y segundo, porque un mes es una eternidad en política, y pueden darse muchas vueltas. Pero sí quisiera apuntar el error en el que algunos incurren al poner el carro delante de los caballos, enfocando estas «primarias» (que no son tales) como si el votante fuese todo el cuerpo electoral, y no un colectivo que comparte principios, valores y que obedecen a unas fidelidades determinadas.

Este enfoque es esencial para diseñar una matriz de utilidades como la planteada por Bergman y revisada por Bergman y Reniu para estudiar la formación de coaliciones. La fractura del PP y la posible integración de varias corrientes en el modelo de partido resultante del congreso de marzo, nos lleva a utilizar esta herramienta. Pensemos en cuáles serían las variables más importantes para el cuerpo de electores en el congreso. He planteado cinco posibilidades, pero les invito a que aporten más variables, que en mi caso serían: 1) Cohesión interna; 2) Proyección de gobierno; 3) Recuerdo de gestión; 4) Políticas y 5) Votos esperados. Para no complicar la matriz, calcularemos únicamente 3 posibles resultados, como ya hicimos en la matriz para calcular la mejor fórmula de gobierno (y acertamos) en 2015: -1, 0 y +1. Aunque susceptibles de cierta subjetividad, hemos otorgado puntuaciones con la intención de ser lo más objetivos posible, y a continuación justificaremos estos resultados.

utilidades esperadas pp balear

Por cohesión interna hemos considerado la posibilidad de integrar todas las sensibilidades, y se han otorgado las puntuaciones teniendo en cuenta las diferentes familias que pueden verse entre los apoyos a Company, y vista la evolución de los gabinetes de Bauzá, además de las reacciones entre los regionalistas durante la legislatura. La proyección de gobierno implicaría la posibilidad de conformar un gobierno estable y duradero, y en ambos casos sería posible, dado el fuerte personalismo en el partido, y el carácter presidencialista del sistema parlamentario balear. En cuanto al recuerdo de gestión (el cost of ruling), perjudicaría a ambos, pero en mayor grado al expresident, por la responsabilidad de la gestión y por el coste electoral que provocó su gobierno. La variable políticas se refiere al grado de aprobación que tendrían sus políticas en el caso de ocupar el gobierno, y Bauzá vuelve a recibir puntuación negativa porque siempre fue impopular, a tenor de las encuestas y porque defiende una reedición de aquellas medidas que le costaron las mayores protestas sociales (TIL, normalización lingüística, etc.) y en el caso de Company, su inconcreción de momento, nos dificulta poder analizarla. Ya por último, por votos esperados, se trataría de calibrar cuál de los dos obtendría mejores resultados en el caso de ser candidatos (esta variable sería de tipo suma cero, lo que gana uno lo pierde el otro).

Vemos que la matriz, susceptible de duda y de crítica, arroja un resultado claro a favor del candidato Gabriel Company, frente al expresident Bauzá. Pero en un mes de campaña pueden ocurrir muchas variaciones, especialmente en una época de tanta visibilidad y mediatización como la actual.

Conclusiones

El 28 de marzo de 2011, Diario de Mallorca entrevistaba a Bauzá, quien afirmaba «Insisto: mi objetivo prioritario no es gobernar, sino generar credibilidad entre los ciudadanos y que la clase política no sea denostada». Al finalizar su legislatura, Última Hora titulaba «Una legislatura convulsa» a una de sus secciones internas. En marzo de 2015, el mismo diario entrevistaba a Company, que afirmaba “Nunca me vi candidato al Govern. Los comentarios de que era el relevo de Bauzá tienen muy poca base”.

Preparo un ensayo en el que trato de demostrar que las políticas de Bauzá fueron neoliberales en el sentido más ortodoxo y que, al contrario de lo que plantean Gonzalo Adán y Miquel Payeras en su El complejo comportamiento de voto en Baleares, el bauzarismo no dio inicio a una nueva etapa, sino que cierra el ciclo político iniciado en 1995 con la salida de Cañellas de la presidencia, con otra salida «a la fuerza», entre críticas del propio Cañellas, que nunca se ha retirado de la política entre bambalinas.

Bauzá se va a la fuerza

Ante la más que probable derrota de Bauzá en el congreso, sería su primera derrota sonada (desde que se presentase en Marratxí en 2003, siempre ha sido el ganador). Es por ello que cabe preguntarse si este nuevo ciclo, que empezó tras el bauzarismo, no traerá consigo también la aparición de un Tea Party dentro o fuera del PP, con neoliberales como Esperanza Aguirre (que ya abogó por nuevas vías que sugerían la creación de un nuevo partido). Como sostiene Josep Maria Colomer, son los partidos los que eligen los sistemas electorales, y con el actual, fragmentar la derecha todavía más tras la aparición de Ciudadanos, sería un error de cálculo.

Veremos cómo llegan los aspirantes al congreso del PP y, muy especialmente, cómo se marchan de él.

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* Este post viene de una publicación del 25 de febrero en Twitter, en la que planteaba ese 70-30%, y que también se le plantea a Company en una interesantísima entrevista de Miquel Adrover en Diario de Mallorca.

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Categorías: Estrategia

1 comentario

Cristina Conti · 27/02/2017 a las 7:37 pm

Enhorabuena por este análisis y por como lo explicas.

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