Viene de Consultores y estigmas (2019)

Parece que en las redes todo vuelve. O más bien que nada se va del todo. Hace unos años, recuerdo que algunos programas de política-basura trataban el papel de los asesores políticos, perfilando maquiavelos orientados a gobernar sin haber sido elegidos, y que ahora una columna de prensa es capaz de resucitar debates falaces y enervar susceptibilidades.

Si no voy mal, resulta que hace unos días alguien escribió un artículo titulado “Consultocracia”, y que parece que apuntaba a que los consultores son (somos) unos marionetistas que manipulan a sus clientes, quienes obedecen a pies juntillas sus directrices. Quien haya escrito eso no ha estado en ninguna reunión de campaña o cree que los asesores no dimiten (no dimitimos) cuando vemos que la otra parte no hace caso de lo más básico y fundamental, sea por seguir su propio instinto, a colaboradores de partido o por lo que sea.

Vi de refilón que la Asociación de Comunicación Política (ACOP) salió, cumpliendo con su función de lobby, a defender su terreno laboral. Tampoco leí el artículo, les soy sincero. Pero me pregunté cuál es la imagen que se proyecta de los consultores, y por qué parece que sólo trabajan (trabajamos) la comunicación. 

De hecho, me pregunto ahora cómo se conjuga el intento de defender una deontología en un gremio en el que se crean festivales de pago para premiar campañas políticas y a sus artífices, en unas “galas de los Óscar de la comunicación política” que incluso galardonan campañas nefastas y perdedoras, pero que han pagado por esa promoción con estatuilla incluida, y que no se condenan públicamente por los profesionales del sector.

Por apuntar tan sólo algunos cargos, no veo una campaña medio decente sin diseñadores gráficos, diseñadores web, asesores de marketing, coordinadores de equipos y fontaneros de partido. Todos obedecen a una estrategia, dentro de la cual está la comunicación, pero nunca, jamás al revés.

Estrategia > Comunicación

No, los consultores no sólo trabajan la comunicación. La comunicación es parte de la estrategia. Gran parte de los fracasos electorales y mediáticos de partidos en los últimos años tienen que ver con los fichajes de consultores únicamente de comunicación, que igual que han llegado se han ido, como los votos. Es como aquel fragmento de “El príncipe mediático” de Gabriel Colomé, en el que dice que el político quiere ser periodista y el periodista político. De ahí la tirria de muchos a los politólogos que prueban suerte en el gremio de consultores, y que se encuentran con recelos de periodistas y de políticos, un doble handicap del que poco se habla porque en comunicación se habla de comunicación, y sus artífices son los periodistas. O lo eran hasta hace relativamente poco.

Algunos de ellos metidos a consultores, y que hacen que la consultoría parezca sólo comunicación, cuando no lo es. Ni muchísimo menos.

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