El posicionamiento web es un sector económico que mueve millones de euros al año, además de ser objeto de eventos, seminarios e investigaciones académicas desde diferentes campos. En España apenas si se ha planteado la relación del SEO con la política, tanto desde el punto de vista de la visibilidad como desde las consecuencias sobre el voto.
Sin embargo, la práctica demuestra que los agentes políticos no son ajenos a la importancia de los resultados del buscador y su orden. Como recogieron numerosos medios en el marco de las investigaciones de la trama Púnica, diferentes ayuntamientos del Partido Popular figuran como clientes de una empresa de comunicación y marketing online, entre ellos algunos tan paradigmáticos como Valencia, Gandia o Majadahonda.
Estrategia de comunicación: Los votantes deben verte y encontrarte
Estas estrategias de posicionamiento no se aplicaban únicamente en páginas web municipales o de partidos, sino que además se utilizaban como plataformas de apoyo otras webs y medios digitales ad hoc con el fin de conducir tráfico y generar enlaces entrantes hacia aquéllas, mejorando su visibilidad.
Pero, ¿realmente puede tener implicaciones en el voto el orden y resultados de las páginas que arrojan los resultados de Google? Los estudios revelan que sí.
Como plantean Epstein y Robertson en un artículo muy reciente, existe un Search Engine Manipulation Effect (SEME), comprobado tras varios experimentos y los resultados de su estudio revelan que muy poca gente percibe esa manipulación. Esta publicación guarda relación con el artículo «Googlecracia electoral», publicado en el diario El Mundo, y que hemos citado en este blog en varias ocasiones, al referirse a los efectos directos del SEO en las elecciones indias. La denominación de esta variable es VMP (Vote Manipulation Power), y cuenta con una sencilla fórmula.
En el artículo sobre el índice SEME, los autores encuentran diferencias sociodemográficas en aquellos usuarios que cambian el sentido de su voto tras una búsqueda en Internet, especialmente entre quienes tienen simpatía por un candidato (o partido, y que podríamos llamar partisans) y quienes no la tienen, que son más volátiles. El mismo Robert Epstein publicaba este mes de agosto un artículo en Politico, titulado How Google Could Rig the 2016 Election, basado en los experimentos reseñados, y añadiendo el criterio de Google Trends.
Por ejemplo, aquí tenemos las búsquedas en Google en los últimos 90 días de los 4 partidos con posibilidad de formar gobierno (únicamente tomadas como variable cuantitativa, pues no implica que la búsqueda provenga de un usuario afín o contrario).
Sin embargo, tomando el período de los últimos 12 meses, vemos que las tendencias de búsqueda varían en lo cuantitativo y nos permite ver cualquier variación reciente en un plano más amplio, como por ejemplo ocurre en mayo de 2015 ante las elecciones municipales y autonómicas:
Resulta muy curioso comprobar las llamadas «Búsquedas relacionadas» desde la herramienta Google Trends, referida a cada uno de estos partidos —especialmente en el caso del PSOE—, y las consecuencias que podría tener en el electorado, especialmente en uno muy volátil:
El Social Media: la conversación que (ahora) también indexa
La primacía de Google como buscador aún no se ha puesto en duda de forma global, pero sus creadores están dando pasos para garantizar que siga siendo el principal search engine. Así, por ejemplo, a principios de este año conocimos que los tuits iban a indexar en Google, multiplicando de forma orgánica los impactos generados en Twitter. Hace poco también hemos podido leer que ciertas publicaciones y perfiles públicos de Facebook se mostrarán entre los resultados del buscador.
Sin embargo, Facebook está dando pasos en otra dirección, y todo apunta a que en poco tiempo, intente convertirse en alternativa al gigante Google, creando su propio buscador. Algunos se preguntan cómo afectará ese nuevo actor al SEO, pero cabría preguntarse cómo afectará a instituciones y organizaciones políticas sin perfil en esa red social, o con perfiles sin optimizar.
Sea como fuere, estos vasos comunicantes de tráfico conducido implicarán cambios en esos resultados orgánicos de Google, y como señalan Epstein y Robertson en su artículo, la distribución de enlaces en la lista de diez enlaces orgánicos, tiene consecuencias en el comportamiento electoral, pero también en la comprehensión de los electores que han hecho una búsqueda.
¿Han buscado en Google a quién votar el 20D?
1 comentario
Gorka · 12/02/2016 a las 10:40 am
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