Escribió el politólogo Panebianco (1), que los procesos que provocan la institucionalización de los partidos son esencialmente dos, y se dan a la vez: uno, el desarrollo de intereses en el mantenimiento de la organización por parte de sus dirigentes; y dos, el desarrollo y difusión de lealtades organizativas. Hoy sábado se constituyen los Ayuntamientos, y si algo caracteriza la situación post-24M es la institucionalización de nuevas organizaciones, que han concurrido como partidos o agrupaciones de electores.
Organizaciones que en numerosos consistorios tienen la llave de la gobernabilidad, y cuya mayor proyección ha venido a través de los medios tradicionales como relato alternativo al sistema de partidos configurado en la Transición. Podríamos decir que estamos ante una nueva Transición, en la arena de la oferta partidista. Pero podría tratarse también de un impasse, de una reconfiguración momentánea, debido justamente a la institucionalización. Ésta obliga al pragmatismo, tal vez a desdecirse de posturas de campaña y recular en los vetos a otras fuerzas políticas mayores —en edad, en dimensión y en apoyo electoral—. Como sostenía otro politólogo italiano, Giovanni Sartori (2), hay 3 tipos de representación política: la asociada a la idea de mandato, la asociada a la representatividad, como semejanza, y la asociada a la idea de responsabilidad.
Empiezan cuatro años de examen a esas nuevas organizaciones, que se enfrentan por primera vez a la institucionalización, la representatividad, el mandato y la responsabilidad. Solo de ellas depende aprobar o suspender. Y recuerden que la campaña electoral para 2019 empezó el pasado 25 de mayo.
(13 de junio de 2015)
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(1) En Modelos de partido.
(2) En Elementos de Teoría Política.
Entrelíneas es una sección radiofónica del programa A vivir que son dos días Baleares, de la Cadena SER
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