(1) A cuatro meses para las elecciones municipales y autonómicas, en Balears parece claro que uno de los principales issues de la campaña va a ser la vivienda. En paralelo, y por parte de las derechas, se ha avivado el debate acerca de la okupación y la seguridad ciudadana, especialmente en el caso de la capital, ya que es una plaza que puede determinar el signo del próximo gobierno, sobre todo si tenemos en cuenta la posibilidad de voto dual el 28M (sobre esto escribí en el paper que publiqué sobre las elecciones de 2015).
En marzo de 2022, el diario Última Hora publicaba sondeos para Balears y Palma, en los que se generaba una expectativa de cambio de gobiernos, apostando por un viraje a la derecha. En octubre las previsiones no eran tan drásticas, y titulaban que «La alianza del PP y VOX bordea la mayoría absoluta en Baleares».
(2) Las proyecciones electorales, especialmente en un escenario multinivel y tan multipartidista, no permiten actualmente trabajar con la seguridad de un resultado casi seguro. Los virajes del Partido Popular a nivel estatal, las controvertidas renovaciones de órganos judiciales (en realidad se trata del mensaje que llega al electorado ante esta maraña jurídico-política), unido a las estrategias de campaña, caldean un ambiente preelectoral donde sobresale uno de los temas más relevantes de esta legislatura: el acceso a la vivienda.
Aunque se trata de un issue constante, hay diversos factores que han incidido en su importancia, tanto en la actual como en la prevista. Por apuntar algunos, podríamos encontrar el recuerdo reciente de la pandemia con sus confinamientos; la crisis energética y el aumento de los precios por la guerra en Ucrania, que incide sobre el poder adquisitivo de las familias, o la sensación de saturación turística y consumo de recursos públicos por parte de este sector.
(3) Verán que hago mención al recuerdo de la pandemia, aunque podríamos también incluir el recuerdo de la crisis económica anterior, de hace 15 años, y los efectos que se derivaron. La quiebra de entidades bancarias y su rescate, la conversión de cajas de ahorros en bancos o la pérdida de vivienda y dificultad para su acceso, son temas que aún sobrevuelan la realidad micro de muchas personas. Aunque ya no se hable a diario de la dación en pago, la prima de riesgo y los hombres de negro, son parte de nuestra historia reciente, que muchos quieren olvidar pero sobre todo no quieren volver a convertir en asunto doméstico.
Hace unas semanas, en el debate TOT4 de Canal 4 TV, mencioné que por suerte las soluciones a la crisis actual tienen un triste precedente en la crisis anterior, y las fórmulas a nivel europeo y estatal son diametralmente diferentes a aquéllas. Baste mencionar la subida del SMI, la reforma laboral, la liberación de los remanentes o los fondos europeos.
(4) Como se ha apuntado especialmente a partir del final de la pandemia, el escenario de la oferta política tiende a dos polos contrapuestos, no tanto de derecha-izquierda (visión ideológica), sino de grupos partidistas (institucional-orgánica). Aunque pueda parecer que ésta sea derivada de aquélla, no podemos fijar diferencias tan claras cuando se trata de ciertos asuntos en los que partidos de centro derecha dan apoyo al grupo del Govern en ciertas políticas (Ciudadanos o PI a través de enmiendas a presupuestos o en políticas concretas), o cuando partidos progresistas se alían con la derecha en otras (MÉS con PP y otras derechas en asuntos como el REIB).
No obstante, hay asuntos que sí son escenario de lucha ideológica y partidista, y la vivienda es uno, donde converge intervencionismo frente a desregulación (libertad extrema de mercado), y donde chocan las visiones respecto a los derechos sociales. Y teniendo en cuenta el recuerdo de la crisis anterior, que comentábamos en el punto 3, titulares como el siguiente resultan irónicos, cuanto menos.
(5) Ante un escenario como este —con todos los flecos que no caben en un post—, algunos partidos se han lanzado a proponer medidas intervencionistas, como la limitación de la compra de vivienda por parte de extranjeros no residentes (MÉS per Mallorca*) o la inclusión en la Ley de Vivienda como grandes tenedores a aquellos propietarios de 5 inmuebles o más (Podemos).
Como es natural, los partidos de la derecha no hacen propuestas concretas para dar solución al problema de acceso a la vivienda**, sino que puede verse (navegando en sus webs y siguiendo las noticias) que apuestan por una estrategia de triangulación: atacar la gestión del Pacto en materias que son bandera de la izquierda, como Sanidad, Educación o Vivienda (que desde la socialdemocracia se considera el quinto pilar del Estado del Bienestar), con el objetivo de desgastar y desmovilizar, sin hacer propuestas concretas. Atrás quedó la defensa de la gestión económica de la derecha, porque como muestran las cifras macro, y con el recuerdo de los fiascos económicos de mitos como el exministro popular Rodrigo Rato, o los casos de corrupción, es una materia en la que no pueden jugar al debate.
(6) Pero si volvemos a uno de los issues que van a marcar la recta final de la legislatura, y apuntamos a una posible segunda parte de este post, es significativo ver el debate público y el publicado, especialmente de cara a una temporada turística que se prevé buena, a unas expectativas económicas positivas y a un escenario electoral de ámbito estatal.
El grupo Serra entrevistó hace unos días al exdirector general de vivienda y exdirector del Instituto Balear de la Vivienda de Balears, en la que fue tajante: «El veto a [la compra de vivienda por] extranjeros tendría un impacto muy bajo para justificarlo» (UH, 12 de enero). Ante quienes defienden esta medida, tomando como ejemplo Canadá (sin entrar en debates competenciales ni comparando situaciones de partida), surgen voces que desinflan esa postura respecto del issue de la vivienda. De hecho, una periodista matizó al candidato a presidir el Govern de les Illes Balears a través de Twitter, recordándole la falta de competencias, ante lo cual el candidato tuvo que reconocer lo que es evidente.
Aquí tienen la conversación:
Querido Lluis, Balears no tiene ni una competencia para prohibir; puede presionar, empujar, solicitar, exigir… pero no prohibir
— Nekane Domblás (@nekanedomblas) January 11, 2023
(7) Para no extenderme más, y dejando la puerta abierta a completar este post dentro de unas semanas, resulta más que claro que la vivienda va a jugar un papel muy importante en las próximas elecciones, y que va a incidir de manera significativa en las expectativas de voto y los equilibrios multinivel. La proyección de gobiernos a nivel autonómico y estatal, más en concreto su posible sintonía o divergencia, van a ser muy importantes para jugar la partida de las expectativas respecto del quinto pilar del Estado del Bienestar, en el que inciden numerosos actores, especialmente del ámbito económico.
Y es en esta díada entre la política frente a la economía, donde lleva jugándose la partida desde hace años, y en la que esos polos de los que hablaba más arriba, tienen posturas muy claras: los intervencionistas asumen que la política debe primar sobre la economía, y los desreguladores están más por las fuerzas económicas. Si el primer round fue la crisis de 2007 y tuvo soluciones desde la desregulación, en este segundo round va ganando el intervencionismo, al menos hasta mayo.
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* Recomiendo este hilo publicado hoy mismo por Ferran Rosa, miembro de la Ejecutiva de MÉS, en el que amplía y matiza ciertas cuestiones: https://twitter.com/ferranrosa/status/1613481283186720769
** También hoy ha aparecido en agencias una propuesta del PP, no para ayudar al acceso, sino para que «las políticas de vivienda no solo ayuden a quienes buscan casa sino también a los propietarios que quieren vender o alquilar» (extraído de EuropaPress Balears).
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