Los profesores Joan Oliver y Vicente Calafell escribieron que «Las Islas Baleares son un país discontinuo, pequeño y complejo, que exige equilibrios constantes entre las partes y el todo, y de las partes entre sí» (1).
En los últimos tiempos, ya no sé si meses, años o lustros, parte de la actualidad política se incardina en los tribunales de justicia. Y esa abstracción, la “actualidad”, es más flexible que nunca. Hoy es actualidad la imputación de la cúpula de transportes del Pacte de Progrés, ese ejecutivo pluricéfalo que precedió al actual Govern, que lo resucita con frecuencia para tapar sus vergüenzas.
Los equilibrios que mencionan Oliver y Calafell, entre las partes y el todo, se tambalean. Pero como ya hemos mencionado en alguna ocasión, ese uno de los síntomas de la crisis del estatalismo, y las Balears son un «fragmento de Estado», en términos de Jellinek, un país. De hecho, los paralelismos con otros fragmentos de Estado, como la Comunitat Valenciana, se han acentuado. Progresivamente se reduce la concentración de voto, es decir, que los partidos tradicionales, llamados “cártel” por ser brazos políticos del Estado, siguen perdiendo apoyos.
Y la relación con tramas corruptas, como la Gürtel, Nóos o la compra de trenes no hacen sino asimilarlos, mientras otros recogen la cosecha mediática, no porque ofrezcan soluciones, no. Sino porque no tienen historia bajo esas siglas.
Escribió Cortázar que «(…) la diferencia entre el cuento y lo que los franceses llaman nouvelle y los anglosajones long short story se basa en esa implacable carrera contra el reloj que es un cuento plenamente logrado» (2).
¿Oyen el tic-tac?
(08 de octubre de 2014)
_
Entrelíneas es una sección radiofónica del programa A vivir que son dos días Baleares, de la Cadena SER.
(1) En Terol Becerra, M. J. (Coord.) (2005), El Estado Autonómico in fieri. La reforma de los Estatutos de Autonomía. Instituto Andaluz de Administración Pública. Página 226.
(2) En Último round, «Del cuento breve y sus alrededores».
0 comentarios