En uno de los capítulos de la serie de culto El ala oeste de la Casa Blanca, el Presidente elogia el poder de las palabras, y dice que «tienen ritmo, tonalidad, timbre y volumen, que son las propiedades de la música. Y la música tiene la habilidad de llegar hasta nosotros, conmovernos y elevarnos de un modo extraño».

En Balears las palabras y los discursos presidenciales han sido objeto de libros y de sentencias judiciales. Y es que las palabras también son sentencias en sí, hipotecan a quien las dice. El Presidente Bauzá, para no ir más lejos, fue artífice de aquel trabalenguas de “lo que hay que hacer”, pero en mayo el electorado dirá si lo hizo, y si lo hizo bien. Nuestro president sabe mucho de hipotecas lingüísticas.

De hecho, se ha comprometido a gobernar solo si es con mayoría absoluta, que es la forma más políticamente correcta de decir que nadie pactaría con él en caso de necesitar apoyos. Y es que la estrategia oratoria de asimilar los pactos con algo negativo, sigue siendo tendencia en la política balear, aunque es extraño que puestos a imitar a la Comunitat Valenciana, los populares no hablen ya de un hipotético tripartit.

La última vuelta de tuerca retórica, ha tenido lugar esta semana en el debate de los presupuestos, donde el President, tal vez pensando que podría beneficiarle, ha interpelado a Armengol, del PSOE, para preguntarle con quién pactará, no con quién pactaría. La conjugación de los verbos es esencial, y la oposición ha pasado de ocupar el condicional, al futuro de indicativo, pese al intento del Govern de recurrir al pasado.

(20 de diciembre de 2014)

_

Entrelíneas es una sección radiofónica del programa A vivir que son dos días Baleares, de la Cadena SER

Compartir en

0 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.