El turismo es el caballo de batalla electoral cuando hablamos de estructura económica, sobre todo en campaña. Los atentados recientes en Túnez, unidos a las revueltas de hace unos años, mejoran la imagen de Balears como destino, y dan cierta seguridad, permitiendo jugar con la herestética y el calendario. De hecho, el Govern saliente, consciente de las fechas, ha conformado una fundación junto con la patronal CAEB, investigada por fraude en cursos de formación, para dibujar las líneas económicas de Balears de arriba abajo, sin consensos. En un acto conjunto, celebrado esta semana, el aún President aprovechó una vez más para defender su gestión y azuzar el miedo al cambio, concepto que él mismo prometía hace solo cuatro años.
Pero tal vez la seguridad ya no sea uno de los items de esta campaña, porque cada vez hay más gente con menos que perder. Tal vez la idea de «nosotros o el caos», no sea tan efectiva, después de todo, pues hay quien ya asocia el «nosotros» al caos. No solo por la cantidad ingente de obras que, debido a la casualidad presupuestaria, se ceban con nuestras carreteras y provocan incomodidades y no pocos accidentes. ¿Acaso alguien cree que la inauguración de las obras, tras meses de molestias, sigue granjeando votos? ¿O que la estrategia de cafés con candidatos es efectiva, a dos meses de las elecciones?
Los tiempos líquidos y llenos de incertidumbres, de los que habla el sociólogo Bauman, ya no se rigen por esa costumbre de un pa amb oli por un voto. Tampoco vale cambiar el pa amb oli por un café o una foto con la ministra y un peto amarillo sobre un puente. Es, curiosamente, la seguridad de que habrá un cambio, irónicamente incierto, lo que podría definir a día de hoy la campaña. Una campaña donde parece que las formas ya desgastadas, son de las pocas cosas que no cambian.
(21 de marzo de 2015)
_
Entrelíneas es una sección radiofónica del programa A vivir que son dos días Baleares, de la Cadena SER
0 comentarios