Decía George Lakoff, lingüista y asesor del partido demócrata en Estados Unidos, que la derecha sabe hablar de valores, sabe de iniciativas estratégicas, mientras que la izquierda no piensa estratégicamente. Además, añade que los reporteros de prensa y televisión tienen siempre necesidad de historias, y éstas a su vez necesitan un marco.
Durante los últimos años hemos asistido al final de muchas historias de personajes públicos. El caso de Jaume Matas o el proceso a Urdangarín y la Infanta son muy gráficos, pero también la prescripción de los delitos del exPresident Cañellas o la compatibilidad de Bauzá para ser presidente y propietario de una farmacia en Marratxí.
El marco de la seguridad, del paternalismo de los gobernantes hacia sus gobernados, se agrieta. Y a esta quiebra del marco de la seguridad también contribuyen algunos de sus guardas, de los policías que mandan a quienes deben mantener el orden social. Pero sería un error tomar una pequeña muestra por un todo. En un mundo mediatizado y de dicotomías cartesianas, nos hemos acostumbrado a decir que los políticos son corruptos, cayendo en el error al pensar que una muestra es representativa de un todo. Y por culpa de algunos miembros de la policía de Palma, Calvià o Marratxí, podría ocurrir lo mismo, pero con carácter más grave, ya que afecta al colectivo garante de ese marco de la seguridad, uno de los marcos más importantes de la paz social, por culpa de unos pocos.
No creo que ahora haya más casos de corrupción, sino que somos más conscientes de ellos gracias a los medios y a mediatización de la política. Tal vez estemos en los últimos coletazos de la vieja política, y la nueva visibilidad sea el mayor refuerzo al marco de la seguridad.
(17 de enero de 2014)
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Entrelíneas es una sección radiofónica del programa A vivir que son dos días Baleares, de la Cadena SER
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