«El hombre aislado es tan poco capaz de desarrollarse como el maniatado»
Wilhelm Von Humboldt.
Falta poco más de un mes para las elecciones legislativas europeas. Como Ustedes saben, las campañas preelectorales son permanentes, y las consignas de las últimas semanas muestran lo localista de los partidos españoles, que parecen concebir las instituciones europeas como otra arena más de su lucha política doméstica, en lugar de hablar del sujeto de la soberanía europea.
De hecho, en Balears hoy es frecuente presenciar el cruce de acusaciones sobre la posición que van a ocupar los candidatos baleares en las listas de cada partido. Mientras esto ocurre, la transfusión de soberanía desde los Estados y sus entidades menores, hacia la Unión Europea, sigue su progreso ante las escasas críticas de juristas y políticos, como el célebre Miguel Herrero de Miñón (1).
Si abrimos el plano un poco más, veremos el declive progresivo de lo estatal, del Estado y sus entidades, que lleva a sistemas supraestatales federales o confederales. En paralelo, surgen movimientos de ámbito subestatal que reclaman una soberanía diferenciada. Sí, me refiero al caso catalán, pero no solo a éste.
El español Ortega y Gasset, al que citamos con frecuencia, escribió que «La evidente decadencia de las naciones europeas, ¿no era a priori necesaria si algún día habían de ser posibles los Estados Unidos de Europa (…)?» (2). Parece que esta decadencia de las naciones europeas está durando demasiado, al tiempo que la solución a ese aislamiento estatal, a ese ensimismamiento tan común y tan isleño, parece ser más Europa.
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(1) En Los límites de la acción del Estado.
(2) En Riesgos colaterales de la constitución europea.
(3) En La rebelión de las masas.
Entrelíneas es una sección radiofónica del programa A vivir que son dos días Baleares, de la Cadena SER.
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