Una mentira política nace a veces de la cabeza de un estadista caído en desgracia, y de ahí es criada y mimada por la chusma.
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La falsedad vuela mientras que la verdad cojea tras ella, de manera que cuando los hombres llegan a desengañarse ya es demasiado tarde, la broma acabó y el cuento ha tenido su efecto.
Jonathan Swift, Las artes de la mentira política
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