Wikipedia es un instrumento para hacer política.
Su carácter enciclopédico, abierto y con animus de neutralidad lo convierten en un perfecto «tertium genus» ante posibles dudas o disputas. Sin embargo, es otra institución conformada por individuos, que ordenan sus contribuciones a través de políticas e instrucciones, al estilo de cualquier organización con intereses particulares. Y los roles internos, así como las potestades de los niveles de usuarios, seguro que han sido estudiados por expertos en Sociología de las organizaciones o en Psicología, porque hay material más que de sobra.
Wikipedia no es tan wiki: los filtros a la oficialidad
Uno de los procesos que llevo a cabo en mi trabajo, es monitorizar el posicionamiento de la palabra «Marratxí» y la web municipal. Por supuesto, la Wikipedia es una de las páginas mejor posicionadas desde hace años, pese a los aberrantes errores que contiene. Es por ello que hace unos días, fruto de una de esas revisiones, me planteé la posibilidad de modificar las incorrecciones de la entrada «Marrachí», y creé un perfil de usuario llamado ‘AjMarratxi’ con el mail de mi trabajo. Después de casi una hora de cambiar ch por tx, mi cuenta fue bloqueada, aduciendo propósito particular. Aquí pueden ver una captura:
Después de revisar los enlaces y comentarios a los que me remitió el usuario Jcfidy, pude comprobar que la neutralidad de la enciclopedia virtual queda en entredicho en el momento en que «aprueban» una política de topónimos que impone traducir cualquier nombre al castellano, aunque sea cambiando automáticamente la grafía «tx» por la «ch», sin respetar el nombre propio de un municipio. Así, otro caso aberrante que podemos encontrar es «Guecho», denominación que recibe Getxo en la Wikipedia.
Uno de esos enlaces a los que me enviaron, y cito a ese usuario, «para aprovechar el tiempo de bloqueo», me llevó a un hilo de debate muy interesante, dedicado solo a Marratxí, y donde se aportaban documentos muy fundados. Irónicamente, en ese hilo decidieron hacer una votación, donde los usuarios más reacios a respetar la denominación también participan y pierden, ya que mayoritariamente se aprueba cambiar la denominación errónea «Marrachí» por la correcta «Marratxí». A día de hoy, sigue sin cambiarse.
Pero la ironía no termina ahí, sino que la propia entrada enlaza a fuentes para justificar el nombre «Marrachí» -sólo tiene dos, frente a las infinitas referencias que justifican «Marratxí», e incluye una referencia errónea. No solo no se cita qué tomo se ha consultado de la obra de Dameto, Mut y Alemany, sino que con una simple búsqueda llego a su Tomo II, donde aparece «Marratxí». ¿Por qué seguirá sin cambiarse el nombre, y mantienen el inventado?
Unos preguntarán ‘por qué’, y yo pregunto ‘por qué no’
Puede que alguno se esté preguntando «¿qué gana este tipo haciendo esto?». Nada. De hecho, para evitar posibles perjuicios para ninguno de los representantes del Ajuntament, toda la campaña se ha puesto en marcha como particular, para lo bueno y para lo malo; así también podrán mostrar su apoyo los representantes de la oposición o sus supporters, porque hasta el más fundamentalista de ellos sabe que se escribe Marratxí. También, y debo reconocerlo, lo hice para evitar al típico imbécil que antes de asimilar todo el proceso, escribiría «el ayuntamiento lo que debe hacer es trabajar y dejarse de wikipedias». De hecho, mucha gente toleraba hasta hace unos meses que un particular tuviera una cuenta de Facebook que utilizaba el nombre de todo el municipio en beneficio del partido en el gobierno. La emoción en política es mucho más potente que la razón.
Y conste, para terminar, que no hago esto por emoción de ningún tipo. Nací y trabajo en Marratxí, después de vivir en muchos lugares, y no me siento natural de ningún sitio. Puede que sea un intento vano de aplicar la razón en un escenario donde muchos solo han puesto la emoción. De ahí a que yo también apele a la emoción de la gente con la campaña que he puesto en marcha como particular en Change.org.
Porque si no puedes con la razón, hay que buscar la emoción. Y los New Media son un canal excelente.
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